Entrevista en «Las Provincias»
«Si la naranja no tuviera futuro, no estaríamos aquí nosotros»
Entrevista a Ricardo Cerveró, Antonio Vercher y Sergio Montaner, presidente, secretario y reponsable, respectivamente, de SAT Versol.
Las provincias / VALENCIA J. Falomir.
Los protagonistas de esta entrevista fueron capaces de mantener una conversación a tres bandas, aportando sus puntos de vista en cada cuestión como si de una sola persona se tratase. Cada respuesta fue complementada y matizada, casi a partes iguales, por el presidente de la Junta Rectora, Ricardo Cerveró, el secretario, Antonio Vercher y el responsable de la SAT (Sociedad Agrícola de Transformación) Versol, Sergio Montaner. Las respuestas son compartidas y, por tanto, no parece preciso especificar la autoría.
¿Cómo funciona la SAT Versol?
La Junta Rectora está compuesta por un presidente, un secretario y cinco vocales que se eligen en la Asamblea General. Para formar parte de la SAT hay que hacer una aportación al capital social de al menos una acción que luego se devuelve si se abandona la entidad, como ocurre también en las cooperativas. En opinión de los responsable de Versol, la SAT ofrece una mayor capacidad de maniobra y potencia la profesionalización, permite una mayor participación del sector productivo en el resto de la cadena alimentaria, aportando transparencia a la toma de decisiones propias de la transformación y comercialización de los productos agrarios y manteniendo al mismo tiempo la actividad económica ligada al territorio como un importante elemento vertebrador del medio rural.
¿Cuándo y cómo se constituye la SAT Versol?
Ahora estamos a punto de cumplir los 25 años y puede decirse que hemos recorrido un largo camino en este periodo. Inicialmente teníamos las instalaciones en Benifairó de Valldigna, donde comenzamos los 15 socios fundadores de Versol. Pero hace unos ocho años nos trasladamos a las actuales instalaciones de Alcàsser, primero alquilando las naves y luego ya como propietarios.
¿Por qué optaron por la fórmula de Sociedad Agrícola de Transformación y no la de cooperativa?
Nosotros venimos de familias muy vinculadas al sector agrario y optamos por la SAT fundamentalmente por dos motivos. Primero porque esta fórmula empresarial de la economía social se estaba implantando en aquellos años y de alguna manera la Conselleria la promocionaba ya que gozaba de los mismo derechos a subvenciones que las cooperativas. La segunda razón es porque las cooperativas de hace tres décadas estaban más encorsetadas que las de ahora; no habían alcanzado aún el grado de profesionalización actual ni tenían claro que crecer era una necesidad para subsistir. La flexibilidad empresarial menor a nuestro juicio. Por todo ello optamos por la SAT como fórmula alternativa.
Y han centrado toda su actividad en la naranja y la mandarina, dejando al margen otros cultivos.
Así es, aunque hemos hecho una pequeña incursión en el kaki, testimonial de momento. La naranja ha sido y es la piedra angular de nuestra empresa, porque tocamos todas las variedades que hay en el mercado y actualmente producimos cada año 40 millones de kilos de cítricos en las más de 1.400 hec-táreas de campos de cultivo que agrupamos. Y aún tenemos espacio y ánimo de seguir creciendo, nuestro principal objetivo.
¿La evolución en este cuarto de siglo ha sido la deseada?
Sí si pensamos que en 25 años hemos pasado de los 15 socios iniciales a los 350 actuales. Además, todos somos socios productores. Nuestro principal compromiso con los clientes, al margen de la calidad, es servirles naranjas durante los doce meses del año lo cual nos obliga también a ser importadores, durante un par de meses, de países productores como Sudáfrica o Argentina. Pero una de nuestras metas es llegar a cubrir todo el calendario con la producción local, ya que más de diez meses prácticamente ya los cubrimos.
¿Hay diez meses de producción de naranjas autóctonas?
Sí. Pero es gracias a que empezamos con las variedades más tempranas, como la Navelina, y acabamos con variedades que que ma
duran después de la Valencia Late. Y además, tenemos el apoyo de las cámaras frigoríficas que nos amplían esos periodos tanto al principio, para sacar el color a la fruta, como al final de la temporada, para prolongar la vida.
¿Ocurre lo mismo con las mandarinas?
No hace falta importar, porque el consumidor admite que la mandarina es una fruta de temporada. Y no la utiliza para zumo, como con la naranja. Por tanto con la producción local de mandarinas hay suficiente para satisfacer la demanda de nuestros clientes y cubrimos nueve meses con la producción local. No exageramos si decimos que a mediados de este mes ya tendremos mandarinas en el mercado. Y hasta mayo se podrán seguir comiendo.
¿Todos los socios productores son valencianos o hay de otras comunidades?
Hay socios productores a lo largo de toda la Comunitat Valenciana, pero no del resto de España. En los alrededores de Alicante ciudad, por poner un un ejemplo, tenemos 13 socios. El más lejano está en Orihuela. Versol ha ido creciendo gracias al boca a boca, puesto que quienes ya formaban parte de la SAT comentaban a otros agricultores sobre las ventajas de estar dentro de la entidad. No hemos dejado de crecer y aún no hemos tocado techo, puesto que las actuales instalaciones admiten un 40% más de producción; podemos a los 60 millones de kilos.
¿Cuáles son esas ventajas?
Fundamentalmente ofrecer un buen precio de liquidación a los socios y garantizar la compra. En el campo los precios son los que son, desgraciadamente inferiores a lo deseable pero siempre intentamos pagar lo que toca. Además, ofrecemos asesoramiento técnico y tramitamos las subvenciones, así como gestionamos y financiamos el seguro agrario. Damos un servicio integral ya que nos ocupamos de ir a recoger la naranja a cualquier punto y garantizamos el pago. Otra ventaja que hemos puesto en marcha en los últimos años es hacer pagos adelantados a cuenta, porque es injusto que los productores tengan que esperar hasta el final de la variedad para cobrar una fruta vendida hace ya meses.
¿Versol está integrada en la comarca como creadora de empleo?
Cada vez más, porque somos alrededor de 300 trabajadores de los cuales hay unos 250 fijos discontinuos, pero en los momentos álgidos de la campaña llegamos a los 500 trabajadores. Esto supone que damos trabajo a gente tanto de Alcàsser como de la localidades próximas de Picassent o Silla. Cuando nos instalamos aquí, en época de crisis, muchos trabajadores de Benifairó de la Valldigna se vinieron pero con el paso de los años han encontrado otras ocupaciones y ahora son mayoritaria-mente trabajadores de la comarca.
¿Hay un impulso innovador en la producción y la comercialización?
Buscamos las variedades que se pagan mejor pero no olvidemos que también son la más caras puesto que hay que pagar los royalties. También hemos hecho algunos trabajos para luchar contra las plagas y hemos desarrollado un vivero experimental. A partir de este año vamos a colaborar con el IVIA porque si queremos que las cosas mejoren somos conscientes de que debemos ponernos las pilas. También colaboramos con el Grupo Cooperativo Cajamar en un proyecto muy interesante de recuperación de tierras abandonadas, entre otras cosas.
¿La naranja tiene futuro?
Si no lo tuviera no estaríamos nosotros aquí. Es cierto que se ha pasado una época muy mala donde los precios eran los de hace 30 años, cuando los compradores hacían cola en la cooperativa para comprar. Tiempos en los que con un campo de diez hanegadas de naranjos vivía holgadamente una familia. Pero también es cierto que las dos últimas campañas han sido algo mejores, sin echar las campanas al vuelos. Nosotros pensamos que siempre que se invierte, la naranja es rentable. Lo importante es ser rentable, porque en las explotaciones pequeñas si no recoges lo que tienes que recoger, no puedes echar lo que hay que echar en la siguiente campaña. Se crea un círculo vicioso.
¿La exportación se hace directamente o la hacen las empresas que compran a Versol?
Ambas cosas. Trabajamos para grandes cadena de distribución que ya se encargan de llevar la fruta a supermercados de toda Europa pero también lo hacemos directa-mente, principalmente a Francia y Alemania. También hemos exportado a China, pero ha sido algo puntual, aunque hay que seguir abriendo mercados.